MANEJO DEL DOLOR
El dolor es simplemente una sensación desagradable de que algo nos hace daño. Se trata de un sentimiento subjetivo. Nosotros sólo podemos saber si un paciente sufre dolor si éste lo dice. Es importante controlar el dolor de forma adecuada a fin de impedir que se convierta en un dolor crónico intratable. Esta es la razón por lo que resulta tan vital que el paciente que sufre dolor lo comunique.
El objetivo principal de la atención al paciente debe ser el control de los síntomas. Por tanto, informar sobre el dolor es el primer paso para conseguir alivio. Un dolor que no se trate puede causar sufrimiento, ansiedad, depresión e incapacidad para realizar actividades normales.
La mayoría de hospitales y centros de atención primaria tienen protocolos
para el dolor que consisten en preguntas para determinar el tipo y la causa del
dolor. Debemos saber algunos detalles acerca del dolor que presenta el paciente:
· ¿Dónde se localiza?
· ¿Cómo describiría el dolor? Agudo, punzante, sordo, entumecimiento
· Si sigue algún patrón. Inicio, intensidad, si esta provocado por algo que haga o deje de hacer, constante, si toma medicación, …
· Otros detalles: si le impide desarrollar su rutina habitual, si ha usado otros métodos para combatir el dolor, …
Necesitamos observar y reflexionar sobre la manera de ver al paciente y enfocarnos en la realidad de este.
ESCALAS DEL DOLOR
La intensidad del dolor siempre es subjetiva. Por tanto, resulta útil evaluar el dolor mediante una herramienta sencilla como las escalas numérica/visual o elaborar un diario del dolor.